Color amarillo con reflejos verdosos, limpio y brillante.
Sobresale su amplia y franca intensidad en la nariz, destacando los aromas varietales propios de la uva Albariño, como la manzana y pera maduras, la fruta de hueso, el albaricoque y un notable fondo cítrico.
En la boca es vivo, fresco y estructurado, con una acidez muy bien integrada.
Retrogusto de gran persistencia en el que aparecen los recuerdos a frutas exóticas como el lichi.
Albariño
Las uvas seleccionadas se depositan en pequeñas cajas que se trasladan a la bodega en transporte refrigerado. Tras su paso por la mesa de selección y despalillado, los mejores racimos se enfrian para su posterior maceración durante 10 horas. Trascurrido este tiempo son suavemente prensados en atmósfera inerte evitando así cualquier oxidación. Tras su decantación se realiza la fermentación maloláctica, consiguiendo el equilibrio entre fruta y untuosidad. El vino se ha conservado hasta su embotellado con sus lías finas que, mediante bazuqueos periódicos, se mantienen en suspensión aportando así complejidad al vino.